El doble desafío de ser mamá o papá a la vez
La maternidad y la paternidad son tareas arduas por sí solas. Cuando una persona debe asumir ambos roles, el trabajo se duplica. No solo hablamos de tareas físicas y de cuidado, sino de cumplir con dos funciones esenciales en la crianza de un hijo: el rol nutricia y el rol normativo.
El rol nutricia se refiere a todo lo relacionado con el cuidado, el cariño, la alimentación, y la presencia constante que un niño necesita, especialmente en los primeros meses de vida. Es fundamental que el niño sienta que es el centro del universo, pues esto forma la base de su salud psicológica, emocional y física.
Por otro lado, el rol normativo, tradicionalmente asociado al padre, se encarga de establecer límites, reglas y de socializar al niño. Este rol es crucial para que el niño aprenda a interactuar con el mundo de una manera sana y segura. Sin esta función, el riesgo es que se genere una dependencia mutua entre el niño y su cuidador, lo que podría afectar negativamente su desarrollo.
El papel de las familias extendidas y la sociedad
En muchas ocasiones, las familias monoparentales no son solo el resultado de una decisión personal, sino de circunstancias desafortunadas como la ausencia de uno de los padres, ya sea por muerte, abandono, o incluso, como Yanina menciona, situaciones delictivas que llevan a un padre a ser encarcelado. En estos casos, es común que un familiar, como un abuelo o una tía, asuma el rol de cuidador.
Es importante destacar que, aunque estos familiares asumen funciones parentales, no se convierten en los padres del niño. Una abuela que cuida a su nieto sigue siendo abuela, y esto tiene implicaciones en cómo se estructura la dinámica familiar.
El mayor desafío en estas situaciones es evitar que la persona que cuida se quede atrapada únicamente en el rol nutricia, sin establecer las necesarias normas y límites. Es aquí donde entra la importancia de una red de contención, tanto familiar como social. No se trata solo de la familia extensa; amigos, vecinos y la comunidad pueden y deben ofrecer su apoyo a estas familias monoparentales.
Diversidad en los tipos de familias y la importancia de las funciones
La diversidad en los tipos de familias es una realidad que no podemos ignorar. Hoy en día, existen familias formadas por dos mamás, dos papás, o incluso hermanos mayores que asumen la responsabilidad de cuidar a sus hermanos menores. La clave no está en el género de quien cuida, sino en las funciones que desempeña cada persona en la crianza.
En una familia con dos padres, por ejemplo, estos roles pueden intercambiarse dependiendo de las circunstancias y personalidades de cada uno. Lo mismo aplica en las familias monoparentales, donde la única persona a cargo debe cumplir con ambas funciones de manera equilibrada.
Conclusión: La red de contención, un pilar fundamental
La crianza en familias monoparentales no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Es fundamental que estas familias cuenten con una red de apoyo sólida que les permita compartir responsabilidades y aliviar la carga emocional y física que conlleva criar a un niño.
Además, es importante que la sociedad en general tome conciencia de su papel en el apoyo a estas familias. Pequeños gestos de solidaridad, como ayudar con el transporte escolar o ofrecerse para cuidar al niño un par de horas, pueden hacer una gran diferencia.
En definitiva, la crianza es una tarea compartida. No importa si se trata de una familia monoparental o de una familia con ambos padres; lo esencial es que todos los involucrados comprendan sus roles y trabajen juntos para criar a niños sanos, felices y preparados para enfrentar el mundo.
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